Justin Bieber y la conducta adolescente
Investigaciones afirman que la música puede desempeñar un papel importante en la socialización y formación de la identidad en esta etapa de la vida. ¿Qué representa actualmente el joven músico canadiense? Crónica de la fugaz visita por Argentina de un fenómeno que cultivó histeria, nervios, fanatismo, locura y ansiedad entre sus seguidores
Justin Bieber, la actual estrella del pop mundial, en una de sus presentaciones. Sus fanáticas, enloquecidas
Cientos de adolescentes se agolpaban frente a las puertas de un lujoso hotel en Puerto Madero y sus constantes gritos se podían escuchar a varios metros de distancia del lugar. Allí se alojaba Justin Bieber, el joven músico canadiense, quien despertaba una conducta particular entre sus seguidores. Algo que, según distintos estudios, es propio en esta etapa de la vida de las personas.
Desde su llegada a la Argentina, el fenómeno mundial de solo 17 años desató una revolución juvenil. Sus fans lo recibieron con locura en el aeropuerto y lo siguieron incansables por cualquier lugar que visitó, hasta en el programa de televisión donde le realizaron un reportaje. Además, llenaron el estadio de River en las dos noches que se presentó, haciendo enloquecer a los presentes con su hit “Baby”.
Distintos estudios señalan que la música puede desempeñar un papel importante en la socialización y en la formación de la identidad del adolescente, y se ha convertido en un símbolo de su búsqueda de identidad y autonomía. Pueden utilizar la música como refuerzo de identificación con su grupo de iguales, como vehículo de su rebeldía contra lo convencional, para ayudarles a establecer una identidad separada de la de sus padres o simplemente es usada para relajarse, entretenerse o evitar el sentimiento de soledad.
Desde su llegada a la Argentina, el fenómeno mundial de solo 17 años desató una revolución juvenil. Sus fans lo recibieron con locura en el aeropuerto y lo siguieron incansables por cualquier lugar que visitó, hasta en el programa de televisión donde le realizaron un reportaje. Además, llenaron el estadio de River en las dos noches que se presentó, haciendo enloquecer a los presentes con su hit “Baby”.
Distintos estudios señalan que la música puede desempeñar un papel importante en la socialización y en la formación de la identidad del adolescente, y se ha convertido en un símbolo de su búsqueda de identidad y autonomía. Pueden utilizar la música como refuerzo de identificación con su grupo de iguales, como vehículo de su rebeldía contra lo convencional, para ayudarles a establecer una identidad separada de la de sus padres o simplemente es usada para relajarse, entretenerse o evitar el sentimiento de soledad.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas y Eurostat, el 78% de los jóvenes ente 18 y 24 años escuchan música todos o casi todos los días. En una amplia encuesta realizada a jóvenes entre 14 y 16 años, en 10 ciudades urbanas diferentes del sudeste de Estados Unidos, escuchan música un promedio de 40 horas a la semana.
Por su parte, un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad Antonio Nariño (UAN), titulado la Influencia de la música y de los videoclips en la conducta de adolescentes, muestra que los adolescentes son los más propensos a ser influenciados por los nuevos estilos musicales ya que construyen su identidad con el vestuario, el peinado, el lenguaje y la música.
“Se unen en grupos y ellos son los que determinan la forma de vestirse, peinarse, moverse, la forma de hablar. Este conjunto de creencias construye la identidad de ese grupo de pertenencia”, agrega. En cuanto a la música en sí, sostiene: “Es un instrumento dotado de un enorme poder de persuasión, capaz de influir en las actitudes, los estados de ánimo, las emociones y los actos humanos”.
Bieber manía
En el marco de su gira My Wolrd Tour, el joven músico canadiense recorre varios países. Tras su paso por Brasil y Argentina, continuará en Chile y Perú. En todos estos lugares miles de fanáticas enloquecieron por él.
En este sentido, un estudio dirigido por el investigador de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, Rob McGee, señala que hasta los 11 años, los hombres y las mujeres tienen posibilidades muy parecidas de desarrollar un trastorno de ansiedad. Sin embargo, ya a los 15 años, cuando son mucho más evidentes las divergencias en las expectativas que pesan sobre ambos sexos, ellas tienen seis veces más posibilidades de llegar a cuadros ansiosos.
La locura desatada por la estrella pop del momento se vio reflejada a cada paso, como lo ocurrido en México con las fanáticas que no consiguieron una entrada para su show.
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